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Equipos en armonía: La cultura organizacional


Construir una cultura armónica es un proceso intencional, que exige alinear comportamientos, mentalidades y estructuras con la estrategia del negocio.

Puedes tener al mejor violinista, al mejor pianista y al mejor percusionista… Pero si no comparten una partitura ni hay alguien que marque el compás, el resultado no será música, será ruido.


En las organizaciones pasa lo mismo: el talento individual no basta. Hace falta una cultura que alinee, una visión que inspire y un liderazgo que escuche, conecte y guíe.


Y, ¿en tu equipo? ¿Cada persona toca su instrumento con maestría, pero sin coordinar con los demás? ¿Sientes que el talento está, pero algo no termina de encajar?

Construir una cultura armónica es un proceso intencional, que exige alinear comportamientos, mentalidades y estructuras con la estrategia del negocio.

¿Cómo solemos resolverlo?


Cuando hablamos de mejorar el trabajo en equipo, las respuestas suelen sonar bien… pero quedan cortas. Palabras como liderazgo, proactividad, colaboración, accountability, suenan inspiradoras, pero, ¿cómo se traducen en acciones concretas y sostenibles?


La solución más común es crear un plan de desarrollo de capacidades: se hace un análisis de necesidades, se identifican brechas, y se diseñan workshops, conferencias y algunas dinámicas grupales para fomentar la integración. ¿Suena familiar?


Estas iniciativas pueden ser útiles, sí, pero muchas veces se quedan en la superficie. No logran transformar la forma en la que las personas piensan, deciden o se relacionan en el día a día. Y es ahí donde la cultura se estanca.

Construir una cultura armónica es un proceso intencional, que exige alinear comportamientos, mentalidades y estructuras con la estrategia del negocio.

¿Qué está haciendo falta?


Aunque lo anterior sí puede generar un cambio, requiere de un plan más integral que, en pocas palabras, contemple una visión más profunda para cada persona y más panorámica respecto a lo que buscamos.  


Entonces, vale la pena preguntarse: ¿Estamos diseñando experiencias que realmente mueven a las personas? O ¿simplemente estamos marcando ítems en una lista de “capacitación anual”?


Pienso que hay 2 cosas que definitivamente faltan a la hora de buscar esa cultura armónica.


Detecta las necesidades individuales, no sólo las grupales: Hay un paso intermedio entre la detección de necesidades grupales y el plan de desarrollo de capacidades, cuando lo digo parece obvio, pero en la práctica no lo es y si es posible. Puedes detectar las necesidades individuales con métodos como Clifton Strenghts de Gallup o el Eneagrama, tener un punto de partida más individual permite que todo lo consecuente esté aterrizado y mucho más interiorizado. ¿Cómo sería tu cultura si cada integrante estuviera desarrollándose desde su autenticidad?


Ejemplo: Hace un tiempo lideré el “plan de desarrollo de liderazgo” que tenía el objetivo de desarrollar la madurez empresarial  en los futuros líderes de una empresa mediana de empaques, embalajes y promocionales. El nivel cognitivo de sus mandos medio y altos era bastante bueno, realizamos DISC, THERMAN y 16 FP como punto inicial. Esa era su acta de nacimiento, aquí comenzó el verdadero reto, además de las típicas conferencias y sesiones de team building, teníamos 1hr de sesión mensual donde aterrizamos todo para cada uno utilizando Clifton y Eneagrama como guía. 


Te dejo el link de Clifton Strenghts y Eneagrama para que puedas leer más al respecto. 



Define una meta a nivel cultural: Así como en los proyectos definimos criterios de éxito, hagamos el ejercicio de definir cómo se ve un equipo sano o armónico. Una forma de hacerlo es definiendo una especie de “ADN meta”, como una combinación de mindset y actividades que reflejan lo que tu equipo debería vivir. Si tu equipo fuera una persona, ¿cómo describirías su personalidad, sus hábitos, su forma de tomar decisiones?


Ejemplo: Llevamos varios años trabajando en la transformación cultural de una empresa inmobiliaria líder y todo lo que trabajamos para “tocar” a su cultura lo justificamos y guiamos con un ADN Innovador, que refleja las habilidades que definimos que requieren para todos en su organización pueden proponer, participar e incentivar la innovación interna en la empresa. 


Te dejo el link de este ADN Innovador que podemos aplicar y adaptar a otros equipos que busquen esa transformación. 


Construir una cultura armónica es un proceso intencional, que exige alinear comportamientos, mentalidades y estructuras con la estrategia del negocio.

Diseñar una cultura armónica

Construir una cultura armónica es un proceso intencional, que exige alinear comportamientos, mentalidades y estructuras con la estrategia del negocio.


En Infinixe, el diseño cultural parte del entendimiento profundo del estado actual: qué mentalidades predominan, cómo se toman decisiones y qué comportamientos se refuerzan. A partir de ahí, se trazan dinámicas específicas —como retos, conferencias, entrenamientos y experiencias vivenciales— que movilizan al equipo hacia nuevas formas de pensar y trabajar.


Construir una cultura armónica es un proceso intencional, que exige alinear comportamientos, mentalidades y estructuras con la estrategia del negocio.
Mapa de cultura de Infinixe

La clave está en activar la cultura a través del día a día: crear momentos significativos, desarrollar liderazgo alineado al cambio, y generar conversaciones que conecten propósito con acción. Porque una cultura armónica no es solo la que inspira… Es la que ejecuta, conecta y trasciende.



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