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La renovación de Beijing

Actualizado: 16 mar


Contaminación Beijing

Vivimos en un mundo donde los titulares sobre la crisis climática y la contaminación abundan, pero pocos se enfocan en los cambios positivos que ya están ocurriendo. Hoy, te contaré una historia que nos demuestra que las soluciones son posibles y que, incluso en lugares donde parecía haber un futuro sombrío, se pueden hacer cambios radicales. ¿Cuántas veces nos hemos dejado influir por las noticias que nos muestran más problemas y cosas negativas que las soluciones y acciones que se están tomando?


Beijing ha sido conocida durante años por ser una de las ciudades más contaminadas del mundo. Pero lo que muchos no saben es que esa realidad está cambiando, y lo está haciendo a una velocidad impresionante. En lugar de seguir siendo un símbolo de la contaminación global, la capital de la República Popular China se está transformando en un ejemplo de cómo las políticas firmes y una ciudadanía exigente pueden cambiar el curso del futuro. ¿Cómo lo lograron? Aquí te lo contamos.


Beijing: De "airpocalypse" a cielos despejados

En 2013, Beijing vivía bajo una capa densa de smog, siendo una de las ciudades más contaminadas del mundo. Durante los Juegos Olímpicos de 2008, se tomaron medidas rápidas para reducir la contaminación, pero estas eran solo temporales. Los verdaderos cambios llegaron después de 2013, cuando la ciudadanía exigió, con fuerza, una mejor calidad del aire. En 2014, el gobierno chino declaró una "guerra contra la contaminación". Esto no fue solo una promesa vacía: el país implementó cambios drásticos, desde cerrar plantas industriales contaminantes, hasta reemplazar calderas de carbón por calderas de gas, las cuales contaminan menos. (Consulta el detalle de las acciones realizadas en el anexo del final).


Un resultado impresionante: Beijing logró reducir sus concentraciones de PM2.5 de 90 µg/m³ en 2013 a alrededor de 32 µg/m³ en 2023. ¡Una transformación de 55% en tan solo 10 años! No solo la capital, igualmente a nivel nacional, China redujo un 40% su contaminación, beneficiando la salud de los ciudadanos, quienes ahora viven, en promedio, 4.6 años más gracias a un aire más limpio. Esto demuestra que un futuro más limpio no es solo posible, ¡es alcanzable!


¿Qué es PM 2.5? La materia particulada o PM (por sus siglas en inglés) 2.5, son partículas muy pequeñas en el aire que tiene un diámetro de 2.5 micrómetros (aproximadamente 1 diezmilésimo de pulgada) o menos de diámetro. Esto es menos que el grosor de un cabello humano.

Beijing, China

Un turista con mascarilla mirando la Ciudad Prohibida a través de una densa capa de smog en Beijing, China, el 16 de enero de 2013. Feng Li/Getty Images.


China: Un líder en reducción de emisiones contaminantes

El cambio no fue solo un esfuerzo local, también a nivel nacional, China ha logrado reducir intensamente sus emisiones de carbono, PM, dióxido de azufre (SO2) y dióxido de nitrógeno (NO2). Este esfuerzo ha sido parte de una estrategia más amplia para "desacoplar" el crecimiento económico de las emisiones de contaminantes. Es decir, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) de China sigue creciendo, sus emisiones de contaminantes han disminuido de manera notable. Lo que más se destaca es que China ha demostrado que es posible separar el crecimiento económico del aumento de la contaminación. Este modelo no solo es inspirador, igual es aplicable a otros países que buscan mejorar la calidad del aire sin sacrificar su desarrollo económico.


Lo que China está logrando: ¿qué podemos aprender de esto?

Los avances del país Oriental son un recordatorio global de que el cambio es posible, pero también de que debemos actuar con determinación. En eventos internacionales como la COP (Conferencia de las Partes, también conocida como Conferencia de los Estados Signatarios), funcionarios como Zhao Yingmin, Vice Ministro del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China, resaltan que la contaminación del aire es un desafío global que requiere acción colectiva. Esto nos lleva a una reflexión: si Beijing ha logrado tanto, ¿qué nos impide a nosotros tomar medidas más drásticas para mejorar nuestro aire y nuestro futuro?


No todo fue perfecto en este proceso. El cambio hacia una China más limpia tuvo sus desafíos. En el primer invierno, después de implementar políticas que prohíben el uso de calderas de carbón, muchas familias se quedaron sin calefacción. Las calderas de gas aún no se habían instalado en todos los hogares, lo que dejó a miles de personas sin poder calentar su hogar durante los meses más fríos del año. Sin embargo, este "desajuste" fue solo un obstáculo temporal en un camino que, hoy en día, parece imparable.


El aire limpio ya no es un lujo, sino una realidad

Para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, Beijing ya no era la ciudad ahogada en smog. Los titulares no hablaban de la contaminación, sino de los cielos despejados y del impresionante telón de fondo de una antigua planta de acero, que ahora simbolizaba la transición de Beijing a un futuro más limpio. Pero lo más importante no es solo que el aire se limpiara para los visitantes internacionales, sino que los ciudadanos fueron los que exigieron este cambio. Ya no se trataba de medidas temporales para eventos especiales. 


Fue un cambio permanente en la forma de vivir y gobernar. China se ha marcado como objetivo alcanzar concentraciones de PM2.5 de 30 µg/m³ para 2030, un objetivo ambicioso que refleja el compromiso de seguir avanzando hacia un aire limpio. Este tipo de objetivos nos demuestra que el progreso nunca es suficiente; siempre hay más que hacer, y el futuro depende de mantener este ímpetu.

Beijing, China

El centro de Beijing el 30 de julio de 2021. Wiktor Dabkowski/dpa/AP.


Lecciones globales: ¿cómo tomar acción?

Lo que sucedió en Beijing es un recordatorio poderoso de lo que podemos lograr cuando la ciudadanía exige responsabilidad y los gobiernos actúan con determinación. La transformación de la capital china demuestra que con voluntad política, innovación tecnológica y una sociedad informada, los problemas ambientales se pueden abordar de manera efectiva. Claro, China aún tiene mucho trabajo por hacer, su calidad del aire sigue estando por encima de las recomendaciones de la OMS. ​​Es hora de dejar de ver la contaminación como algo inevitable. 


En lugar de esperar más noticias negativas, ¡exijamos y hagamos más cambios positivos! La transición hacia un aire más limpio y un futuro sostenible es posible, pero depende de nosotros exigir que nuestros gobiernos tomen acción. Si Beijing lo logró, ¿qué estamos esperando?


Anexo: Detalle de acciones implementadas en la guerra contra la contaminación


Reducción de la dependencia del carbón:

  • Prohibición de nuevas plantas de carbón en áreas densamente pobladas.

  • Sustitución de calderas de carbón por gas natural o electricidad en miles de hogares.

  • Cierre de plantas de carbón pequeñas y altamente contaminantes.


Control de emisiones industriales:

  • Implementación de límites estrictos de emisión para fábricas, especialmente en sectores como acero, cemento y carbón.

  • Multas significativas a empresas que violaran regulaciones ambientales.

  • Introducción de tecnologías de reducción de emisiones, como filtros avanzados en chimeneas industriales.


Regulación del transporte:

  • Eliminación de vehículos antiguos y altamente contaminantes mediante programas de compra de autos nuevos.

  • Implementación de estándares de emisiones más estrictos (Euro IV y posteriormente Euro VI).

  • Restricciones en el uso de vehículos, como límites por matrícula según el día de la semana.


Fomento de energías renovables:

  • Inversiones masivas en energía solar, eólica e hidroeléctrica.

  • Creación de grandes granjas solares y eólicas en zonas rurales.

  • Incentivos financieros para instalar paneles solares en hogares y empresas.


Supervisión y monitoreo ambiental:

  • Instalación de más de 1,500 estaciones de monitoreo de calidad del aire en todo el país.

  • Creación de una red nacional de monitoreo en tiempo real de contaminantes.

  • Desarrollo de sistemas de datos accesibles al público para informar sobre la calidad del aire.


Acciones legales y administrativas:

  • Creación de tribunales especializados en medio ambiente.

  • Introducción de reformas legales para permitir sanciones más duras contra infractores ambientales.

  • Aumento del poder de las agencias ambientales locales para actuar contra los contaminantes.


Planes específicos por región:

  • Implementación del "Plan de acción para la prevención y el control de la contaminación del aire", enfocado en las tres principales regiones industriales: Beijing-Tianjin-Hebei, el Delta del Río Yangtsé y el Delta del Río Perla.

  • Reubicación de industrias contaminantes fuera de áreas urbanas.


Educación y concienciación pública:

  • Campañas nacionales para fomentar hábitos ecológicos, como reducir el uso de carbón en la calefacción doméstica.

  • Promoción del uso del transporte público y de vehículos eléctricos.


Acerca de los autores


Joss Quintana es Innovation Project Manager en Infinixe.

Marcela López es Communication Brand & Design Manageren Infinixe

Chris Baumal es CEO de Infinixe.


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