CUANDO TU NEGOCIO ERES TÚ
- Jocelyne Quintana
- 5 may
- 4 Min. de lectura

¿Y si la verdadera estrategia de negocio no está en tu Canva, Power Point o Excel sino en tu forma de ser y ver el mundo?
Emprender no siempre empieza con un plan claro ni con una proyección financiera. Muchas veces el primer paso se da con una sensación difícil de explicar: una incomodidad, una corazonada, una necesidad de hacer las cosas de otra manera.
Aunque los libros digan que todo negocio necesita un modelo escalable, un público objetivo y una propuesta de valor clara, la verdad es que muchos emprendimientos reales nacen del caos, del instinto y de la pasión.
En Infinixe estamos convencidos de que el diferencial de los emprendedores no solo es una idea disruptiva, sino lo es tu historia, tu estilo, tu manera única de mirar.
Ölend es un ejemplo de eso, no nació de un estudio de mercado, sino de un momento de flow creativo. Eso les permitió crear una marca sólida, escalable y global… sin dejar de ser ellos mismos.
De hobby a marca: cuando la intuición es el mejor plan

En 2012, en Barcelona, Adriana Dumon y Fran Ríos Bedoya se cruzaron en un rodaje.
Ella estudiaba audiovisuales, él venía del mundo del cine y la fotografía. Como muchos creativos, compartían una inquietud común: hacer cosas con las manos, experimentar, explorar sin un destino claro. Un día cualquiera, se apuntaron juntos a un curso de mochilas DIY ((Do It Yourself, o Hazlo Tú Mismo). No había una intención de emprender. No había un business plan, solo curiosidad.
Adriana subió una foto de su primera mochila a Instagram. Primero despertó curiosidad de amigos que le hicieron pedidos. Luego, de amigos de amigos. Y, sin haberlo buscado, nació Ölend.
Al principio, las mochilas eran artesanales y personalizadas. Cada cliente elegía el color, el número de bolsillos, el tipo de tejido. Un enfoque cercano, humano, que conectaba con quienes buscaban algo único en un mundo saturado de productos masivos. Pero la demanda creció. La idea se profesionalizó. Llegó un tercer socio, Antonio Longás, que hizo una inversión clave. Pudieron fabricar sus primeros lotes y, poco a poco, Ölend se convirtió en una marca con proyección internacional.
¿Quién necesitaba mochilas si no se podía salir de casa?
En 2020, como a tantos otros proyectos, la pandemia frenó a Ölend en seco. Las calles estaban vacías, las oficinas cerradas, los viajes cancelados. ¿Quién iba a necesitar una mochila si el mundo se había quedado quieto?
En lugar de cerrar, decidieron parar… y mirar hacia adentro. Aprovecharon el silencio para repensar. Reinventaron la marca desde las bases: rediseñaron su identidad visual, actualizaron su web, replantearon el catálogo. Volvieron a preguntarse por qué hacían lo que hacían y para quién. En medio de esa pausa forzada, nació una nueva idea: un bolso versátil, pensado para adaptarse a los nuevos hábitos de vida. Así lanzaron el modelo Ona, una pieza práctica, estética y flexible, se convirtió en su mayor éxito global: más de 200.000 unidades vendidas en un solo año. Un récord para una marca nacida desde la intuición y el diseño independiente.
¿Por qué conecta Ölend?
Porque no vende solo mochilas. Vende una forma de estar en el mundo.
Ölend conecta porque es auténtica, coherente y profundamente estética. No sigue tendencias: las interpreta desde su propia mirada. Sus diseños son funcionales, sí, pero también personales, llenos de color, con líneas limpias, minimalistas y con alma.
Adriana dice algo clave: “Nos gusta que el bolso destaque, que hable de ti. Que sea el pop de color sobre un fondo neutro. Una forma de expresión”.
Eso es exactamente lo que cualquier marca debería buscar: hacer sentir algo, identificarse con alguien, ocupar un lugar real en la vida de las personas. Hay algo que Ölend deja claro: la autenticidad es un imán.

Lecciones para emprendedores
No dedique demasiado a un plan, empieza. Una estrategia infalible en papel y muchas horas dedicadas a la teoría solo te cegaran y harán que pierdas el suelo de la realidad, comienza sal, habla con posibles clientes.
No subestimes lo pequeño. Una foto, una idea, un taller sin pretensiones pueden ser el punto de partida de algo mucho más grande.
Construye con lo que tienes. Adriana y Fran no venían del mundo de la moda, pero tenían sensibilidad estética. No eran expertos en negocios, pero sabían conectar con una comunidad.
Tu primer cliente no siempre es un desconocido. Muchas marcas nacen del boca a boca, de redes cercanas, de gente que confía en ti antes que en tu producto.
Tu historia es tu marca. No hace falta inventar nada. Sé tú mismo. La gente no busca perfección, busca verdad.
Reinvéntate cuando haga falta. La pandemia los obligó a parar, y ese parón los hizo reenfocar. A veces, perder el rumbo es la forma de encontrar el camino.
Escucha a tu audiencia. Hoy, muchos de sus diseños nacen de los comentarios de su comunidad. Preguntar, observar, adaptar: esa es la estrategia.
¿Y si tu próxima gran idea no está afuera, sino dentro de ti?
En Infinixe queremos reconocer el talento individual, no empezamos con modelos de negocio, empezamos contigo. Te guiamos en un viaje de autoconocimiento profundo donde descubrirás tu personalidad, fortalezas y recursos únicos. Porque creemos, como en el caso de Ölend, que los negocios más auténticos y poderosos nacen cuando conectas con lo que realmente eres.
La Máquina Infinita: Una experiencia gamificada de aventura que combina el descubrimiento de tu naturaleza, talentos y recursos para generar ideas de negocio infinitas y lanzarlas con éxito.
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Tu historia, tu forma de ver el mundo y tu instinto pueden ser el inicio de algo grande. Empieza con nosotros este viaje y crea un negocio que tenga tu esencia.
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